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lunes, 6 de septiembre de 2010

E.T.A. anuncia tregua.


El 5 de septiembre de 2010 podría quedar marcado en el calendario como la fecha del primer paso hacia el final de la violencia. ETA ha decidido no atentar, pero no ha satisfecho completamente la demanda de anunciar el cese completo y definitivo de toda su actividad. En el comunicado difundido ayer, la organización terrorista informa que la decisión de cesar sus «acciones armadas ofensivas» fue tomada hace «algunos meses», pero no concreta si esta postura se puede entender como irreversible. Fuentes cercanas al proceso democrático liderado por Batasuna y EA sí lo interpretan así y por eso consideran el mensaje un primer paso al que seguirán otros movimientos de ETA, aunque no concretaron ni la forma ni los plazos en que pueden darse.
El comunicado de la organización, en el que se evitan expresiones como alto el fuego o tregua utilizadas en los anteriores procesos de 1998 y 2006, era ansiosamente esperado por toda la sociedad, sobre todo desde que la izquierda abertzale emprendió su apuesta exclusiva por las vías políticas y esta pasada semana se conoció un documento en el que instaba a declarar un alto el fuego «permanente» que pudiera ser verificable internacionalmente y que se aviniera a los Principios Mitchell suscritos en la Declaración de Bruselas y en el acuerdo alcanzado con Eusko Alkartasuna en el Palacio Euskalduna.
ETA no hace referencia alguna a dicho compromiso, pero sí daría un paso si este pronunciamiento es el primero de otros que se encaminen hacia la demanda que la sociedad vasca le exige desde hace años. En el vídeo adelantado por la cadena británica BBC en torno al mediodía de ayer, y que fue remitido también a Gara, una mujer, acompañada por otros dos miembros de ETA cubiertos con txapelas y con el rostro tapado con un pañuelo blanco, da lectura en euskera al comunicado que anuncia «la decisión de no llevar a cabo acciones armadas ofensivas». En los seis minutos y 45 segundos que dura el vídeo, la portavoz de la organización -que según fuentes de la lucha antiterrorista es la misma que habló en el comunicado de los 50 años de ETA- asegura que el País Vasco «se encuentra en un momento importante, en una encrucijada». Considera que los años de «lucha han sembrado nuevas condiciones políticas», y estima que «ha llegado la hora» de «realizar el cambio político, de construir para Euskal Herria el marco democrático».
ETA opina que es momento de «responder con responsabilidad y apremio» a la presente coyuntura y por eso llama, en primer lugar, a la ciudadanía vasca a «dar pasos firmes en la articulación del proyecto independentista, en el camino de crear las condiciones para construir el proceso democrático, en la respuesta a la represión y en la defensa firme de los derechos civiles y políticos». La organización etarra defiende que «el camino para la libertad (del pueblo vasco) hay que andarlo paso a paso, aunque sea con flexibilidad», y asevera que «en ese esfuerzo ha estado y está la mano de ETA tendida, siempre».
En este punto, apela al «diálogo y la negociación» para lograr que los ciudadanos vascos «podamos decidir nuestro futuro de forma libre y democrática» y hace una llamada expresa al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para que muestre su «voluntad» y acepte el guante de cara a «acordar los mínimos democráticos necesarios para emprender el proceso democrático» en el que ETA dice «reafirmarse».
Sin nombrar a Francia
Este requerimiento va dirigido en exclusiva al Ejecutivo español -no hay mención al francés-, y junto a él, ETA incluye una acusación al Gobierno por emprender una «ofensiva fascista» que, a su juicio, busca «pudrir en la desesperanza del bloqueo las condiciones del cambio político». Los etarras aseguran que el equipo de Rodríguez Zapatero es «consciente de la encrucijada» en que se encuentra Euskadi y acusan al Gobierno de querer por eso «desviar el debate político para evitar la resolución democrática y ahogar el deseo popular en esta situación de excepción».
El comunicado, acogido con recelos por la mayoría de las fuerzas políticas, dirige en tercer lugar otro mensaje a la comunidad internacional. ETA informa de que ésta -sin especificar a quién incluye- conoce sus pretensiones y le pide que «responda con responsabilidad histórica» y «tome parte en la articulación de una solución duradera, justa y democrática al secular conflicto político».
Por último, llama a partidos, sindicatos y ciudadanos vascos a «actuar con responsabilidad» y a «implicarse y continuar la lucha» para «fijar el proceso» que permita al País Vasco tener «la palabra». Porque, dice, «será cuando los derechos del pueblo vasco sean reconocidos y garantizados cuando se abra la puerta de la verdadera solución».
La declaración, a pesar de su extensión -el doble que la del último alto el fuego de 2006-, deja sin embargo muchas incógnitas sin respuesta que llevan a partidos y gobiernos a mostrarse escépticos ante este paso. Algunos, especialmente los impulsores de la apuesta por las vías políticas realizada por la izquierda abertzale, creen por eso que este comunicado irá seguido de otros pasos más concluyentes que certifiquen que el proceso iniciado es irreversible. Otros, en concreto los gobiernos socialistas en Madrid y Euskadi, no son tan audaces y, según interpretan fuentes solventes de ambos gabinetes, este mensaje es «menos» de lo esperado y de lo «reclamado por la izquierda abertzale» en el documento interno que manejan Batasuna y EA, y que esta semana adelantó este periódico. Estas fuentes contextualizan el mensaje etarra como la forma de responder «a la angustia inaguantable» que reinaba en la izquierda abertzale ante la necesidad de que el proceso que iniciaron hace casi un año avance y le permita concurrir a las próximas elecciones municipales y forales. Y, al mismo tiempo, interpretan que con esta comunicación pública, hecha -según dicen- en este momento «por las dificultades operativas que tiene ETA», se quieren disipar las dudas sobre la credibilidad de la apuesta política de la izquierda abertzale.
Dudas
ETA, que comienza su mensaje con un recuerdo a sus orígenes hace medio siglo y una mención a la «ilusión y la pasión» de sus militantes, ratifica lo que este último año sin atentados podía hacer sospechar y lo que algunas fuentes venían anunciando desde antes del verano. Sin embargo, no queda bien clarificado si la ausencia de «acciones armadas ofensivas» significa que la organización va a cesar también en el envío de cartas de extorsión a empresarios -que no han remitido estos meses-, en la amenaza a las obras del TAV que explicitó en uno de sus últimos comunicados, o si supone que no 'responderá' ante posibles operaciones policiales, como sucedió el pasado marzo cuando fueron sorprendidos en un robo y mantuvieron un tiroteo con agentes de la Policía francesa en el que murió el brigadier francés Jean-Serge Nérin.
El comunicado de ayer, por tanto, no ha satisfecho por completo las expectativas de una parte de la sociedad en la que se ha reavivado la esperanza por una paz más o menos inmediata.

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